“ W i ñ o y X i p a n t u ”
Nuevo Ciclo de Tiempo en la Naturaleza del Hemisferio Sur de la Tierra
AÑO NUEVO EN EL “WALLMAPU”
¿Por qué el Pueblo Mapuche celebra en estos días de Junio su Año Nuevo?
Los mapuche son un pueblo originario cuyo territorio está ubicado en
el Hemisferio Sur de la tierra, más precisamente en el llamado Cono Sur
de América entre los océanos Atlántico y Pacífico. Por milenios han
construido su cultura y conocimiento en relación con ese entorno natural
al punto de concebirse como una parte más de él; su nombre colectivo y
el de su idioma así lo refleja:
Mapu: Tierra, territorio, cosmos; Che: Gente, persona; Zugun: Habla, sonido. Así, la palabra Mapuche significa gente de la tierra, y Mapuzugun, el habla de la tierra.
De ese estrecho vínculo sociedad-naturaleza en un plano de igualdad,
el conjunto de los conocimientos materiales y simbólicos producidos por
este pueblo parte de la idea de necesaria relación de reciprocidad
existente entre las personas, y entre éstas y los demás elementos
presentes en el entorno más cercano, así como con el entero cosmos hasta
donde la vista e intelección humana pueden alcanzar. Desde los actos
más cotidianos: el sentido en que circula una ronda de mate, por
ejemplo, o la palabra en una reunión, lo hacen en dirección circular
derecha-izquierda tal como el ojo humano percibe el movimiento de los
astros en el espacio estelar; pasando por las concepciones
socioeconómicas: el orden de lo colectivo-comunitario asegura derechos
familiares e individuales, organización del uso, consumo, intercambio,
distribución y apropiación social de los bienes materiales, orden social
en que las necesidades básicas de la vida no son objeto de comercio;
hasta la concepción de organización filosófico-político-territorial más
amplia, donde los bienes comunes naturales como las aguas –lluvias,
vertientes, ríos, mares-, bosques, montañas, etc., son elementos con
espíritu viviente al igual que lo es la persona humana: un cuerpo
material habitado por un espíritu que le da vida, todo ello parte de
esta idea de relación recíproca sociedad-naturaleza.
Esta concepción de la vida y su organización social, se ordena según
el pulso temporal surgido de la tierra y su relación con el espacio más
amplio: el cosmos. Emerge así una especie de calendario natural que
establece al tiempo, su movimiento y sus cambios en forma cíclica tal
como es percibido y vivido por las personas; hay un momento en que el
ciclo de tiempo se inicia, avanza por distintas etapas, culmina, vuelve a
comenzar y así va y vuelve para recomenzar una y otra vez. Frases de
uso cotidiano así lo reflejan:
“ Kiñe xekan alka wiñotuy antü… ”
A paso de gallo - lenta, gradualmente - vuelve otra vez el sol
La astronomía llama a este fenómeno Solsticio de Invierno: momento de
máxima inclinación del eje de rotación de la tierra hacia el polo sur;
máxima distancia entre el sol y el hemisferio sur (en este caso); se
produce la noche más larga del año y el día más corto, luego el proceso
se invierte gradual y lentamente: los días se harán más largos y más
cortas las noches. Por su parte, de diversas formas los mapuche nombran
al momento en que ello ocurre: Wiñoy xipantu: La vuelta del año; We xipantu: Año nuevo; Wüzal xipantu: Momento de separación entre el tiempo que termina y el que comienza; Wiñol xipantu: Lo que hace volver al año; Pürapagaw:
Constelación cuya reaparición se busca por estos días y se toma como
señal de inicio del nuevo año. Esto sucede entre los días 20 y 22 de
junio de cada año. De esta forma, Wiñoy Xipantu puede traducirse directamente como Año Nuevo para los Mapuche,
porque la tierra en esta parte del planeta comienza un nuevo ciclo de
tiempo revitalizada por la energía del sol que cada día gradualmente
alumbra más, hasta desplegar vida visible en nuevos retoños de toda
clase en las etapas de tiempo por venir de la forma siguiente:
Inicio del ciclo de tiempo con la etapa llamada Pukem: Invierno, con noches más largas, días más cortos, más humedad y lluvias. Le sigue el tiempo de Pewü: Primavera, días de luz que se equilibran con el de las noches, etapa de nuevos brotes por doquier. Continúa el tiempo de Walüg: Verano,
días más largos, la luz se impone a la oscuridad, grandes calores, todo
madura y comienza a secarse. Finalmente, el tiempo de Xafkem:
Otoño, la luz cede ante la oscuridad, la tierra casi ya sin energía
comienza a descansar, todo en la naturaleza tiende a secarse, caerse,
culmina el ciclo cuando llega la noche más larga y se renueva con Wiñoy Xipantu, el lento y gradual regreso del sol.
Así, el año nuevo para los mapuche, como para otros pueblos
originarios del mundo, se relaciona al momento en que la tierra toma
nueva energía del sol y con ello comienza a germinar todo en su
interior. La conciencia del significado que para la vida tiene este
acontecimiento natural lleva a estos pueblos a vivirlo de manera
especial, por medio de diversas ceremonias festivas y sagradas. Para el
caso del Pueblo Mapuche en nuestra región, además de festivo y sagrado
son momentos de honda reflexión y predisposición positiva para el nuevo
tiempo que recomienza; para un pueblo sometido por la fuerza estatal a
ordenes sociales e ideas externas colonialistas respecto de su propio
desarrollo político y cultural, acontecimientos como este han sido
tergiversados imponiéndose, por ejemplo, para su celebración un santoral
(el San Juan) el día 24 de junio, hecho este que ha confundido su
sentido original, así, las generaciones mayores suelen reunirse ese día
para las celebraciones correspondientes; aunque el uso del idioma como
instrumento de conocimiento, más la conciencia político-cultural de las
actuales generaciones hijas de este pueblo, les ha permitido iniciar una
tarea de esclarecimiento que les va llevando a recuperar, retomar y
encausar su significado como parte importante del proceso mayor de
recuperación política, cultural, territorial, educacional, etc., en que
se encuentra actualmente el Pueblo Mapuche tanto en los ámbitos urbanos
como rurales de su histórico territorio.
Finalmente, es posible concluir con que se trata del Año Nuevo en
esta parte del planeta (Hemisferio Sur). El año nuevo que se celebra
entre la noche del 31 de diciembre y el I° de enero es una imposición
colonial de Europa (Hemisferio Norte de la tierra), allí es invierno en
ese momento, mientras aquí es verano y nada nuevo en la naturaleza hay.
Es en el mes de junio cuando aquí todo comienza a renovarse de la forma
ya descrita. Con este fundamento el Pueblo Mapuche celebra en
este tiempo su año nuevo y, en los últimos años, lo hace abriéndose y
realizando un llamado al conjunto de la sociedad para que asuma su
derecho a hacerse parte de un acontecimiento natural portador de
conocimientos y valores de vida que también la involucra. Una buena
razón para que celebremos conscientemente también todos/as los/as que
vivimos en esta parte de la tierra. En ese todos, la Escuela como institución
encargada de la tarea de trasmisión de valores puede y debiera ser una
instancia que abra el acceso a estos conocimientos a las nuevas
generaciones que en ella se forman, comenzando así a remediar una
situación histórica que la ha tenido como represora de estas
manifestaciones culturales; será también una manera de comenzar a
incorporar contenidos antes injustamente ignorados por las políticas
discriminadoras del tradicional sistema educativo, constituyéndose así
en parte del aporte que la institución escolar debiera realizar en la
construcción de una sociedad más justa, democrática y respetuosa de la
historia y la diversidad sociocultural presente en la comunidad
educativa que atiende y que vive en el territorio ancestral de este
pueblo.
Wallmapu ñi Puelmapu mew | En el Este del Territorio Ancestral Mapuche
Wiñoy Xipantu ñi Pukem antü mew | En el Invierno del Año Nuevo que Vuelve
Newken waria, 20 – 24 / Kuniw küyen - 2017 | Ciudad de Neuquén, 20 - 24 – Junio / 2017
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